El mito de la Caverna de Platón
El mito de la caverna en Platón, pretende mostrarnos de modo análogo el gran privilegio del hombre, la importancia del conocimiento. Éste, según el mito, es bastante limitado, estamos encadenados desde que nacemos en una cueva que tiene en la entrada una hoguera, y en la pared de la cueva apreciamos las sombras que revelan la realidad. La filosofía de Platón pretende liberarnos de estas ataduras, ya que la masa, en general, vive cómoda en su ignorancia y esto repercute en el modo de auto gobernarnos.
Uno de los prisioneros escapa de sus cadenas y logra conocer de modo más pleno la realidad, pero cuando regresa para liberar a sus amigos, éstos no lo escuchan, lo tratan de loco y lo condenan a muerte. Platón nos enseña que debemos aspirar a un conocimiento más pleno, que nos libere de las ataduras y nos ayude a realizarnos como seres humanos: “todas las cosas rectas y bellas que en el ámbito visible ha engendrado la luz y al señor de ésta… es necesario tenerlas a la vista para poder obrar con sabiduría, tanto en lo privado como en lo público”.
Nuestro propio conocimiento y el de nuestro mundo, lo percibimos a través de las sombras que nos transmite un mundo confuso y limitado, es necesario traspasar la hoguera que está en la boca de la cueva para poder encontrar la liberación moral e intelectual de las ataduras del mundo sensible: el ideal es el aforismo “conócete a ti mismo”, mediante la ascensión al mundo inteligible.
El conocimiento tiene una dimensión moral y política, por eso, este mito se encuentra en el capítulo séptimo del diálogo La República. Con la muerte del que quiere liberarnos, se ejemplifica la condena a muerte de Sócrates, y que de algún modo la encontramos en el misterio de la cueva de Belén, en el que el Logos, tampoco es escuchado, sino a la postre, condenado a muerte.
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